martes, 2 de diciembre de 2008

Cuentan las mariposas, que el último instante dentro de la crisálida, justo antes de sentir la necesidad de salir de ella, es el instante en el que toda la transformación ocurre, pues es el instante en el que su consciencia es transformada de la de un gusano a la de una mariposa. Es el instante en el que se despierta del sueño de la transformación física y se da cuenta de que su cuerpo de gusano ha sido milagrosamente transformado al de mariposa. Aquello que fue, ya no existe y lo que ahora es, llama a cada célula de su nuevo cuerpo alado a alzar el vuelo hacia la vida.

La transformación tan sólo dura un instante: El instante en el que te das cuenta de Quien eres y eso no implica tiempo porque no implica un cambio en la forma, sino el instante presente en el que vuelas más allá de cualquier forma.


Desde el momento de nuestro pensamiento, nos avisa de que todo lo que realmente
nos importa esta en nuestro interior. En el instante que una idea toma forma y cuerpo con la seguridad de que es real se materializa. En el momento en el que, tu realidad es inamovible y sabes que es lo verdadero para tu persona. En ese preciso momento, lo real es un puente de ida sin retorno. Sabes donde te mueves, sabes que un paso adelante, son dos hacia atrás y lo aceptas con toda la alegría que eres capaz de proyectar, sin premios falsos , no esperas nada, simplemente te sientes satisfecho contigo mismo y entiendes del proceso de la vida , eres un pensamiento , eres una realidad conectada a tu ser interno. No pides nada, simplemente disfrutas de tu entorno, Amas todo lo que hay. No te identificas con nada, porque de la nada venimos y a ella regresamos , siendo semillas de un Amor Universal, regresando a un todo, con la satisfacción de una vida vivida intensamente. Compartiendo y manifestando que el Amor a Dios es y sera lo único que tenemos cuando llegamos, y lo único que nos llevamos cuando regresamos.Esa sensación de plenitud, en ese vacío se manifiesta todo el Amor que somos capaces de manifestar.