miércoles, 4 de febrero de 2009


Pedro

Cuando alguien nos regala algo por que nos quiere, no se nos ocurre pagárselo; sería romper la magia y la belleza de este acto. De igual manera, si Dios nos ha regalado la felicidad ¿Por que insistimos en tener que pagar un precio para conseguirla? (Me imagino a Dios perplejo con el paquete en la mano, compadeciéndose de nuestra estupidez.)


1 comentarios:

Blogger paz ha dicho...

Jajajajajajajajaja!!!!!!!
GRACIAS PEDRO POR HACERME REIR.
Todo mi amor
Paz

6 de febrero de 2009, 11:06  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio