miércoles, 11 de febrero de 2009

TU VERDADERO SER

Lorenzo

El Ahora es inseparable de quien eres en el nivel más profundo.

Hay muchas cosas importantes en tu vida, pero sólo una importa absolutamente.
Importa que tengas éxito o fracases a los ojos del mundo. Importa si tienes o no tienes salud, si has recibido o no una buena educación. Importa si eres rico o pobre; ciertamente, establece una carencia en tu vida. Sí, todas estas cosas tienen importancia, una importancia relativa, pero no importancia absoluta.
Hay algo más importante que cualquiera de estas cosas: encontrar tu ser esencial más allá de esa entidad efímera, del efímero yo personal.
No encontrarás la paz reordenando las circunstancias de tu vida, sino dándote cuenta de quién eres al nivel más profundo.

La reencarnación no te ayudará si en la próxima encarnación sigues sin saber quién eres.

Todas las desgracias del planeta surgen del sentido personalizado del «yo» o del «nosotros», que recubre la esencia de tu ser. Cuando no eres consciente de la esencia interna, siempre acabas sintiéndote desgraciado. Es así de simple. Cuando no sabes quién eres, te fabricas mentalmente un yo que sustituye tu hermoso ser divino, y te apegas a ese yo temeroso y necesitado.
Entonces la protección y potenciación de ese falso sentido del yo se convierte en tu principal fuerza motivadora.


Muchas expresiones usadas habitualmente, y a veces la propia estructura del lenguaje, revelan que las personas no saben quiénes son. Por ejemplo, dices: «El ha perdido su vida», o hablas de «mi vida», como si la vida fuera algo que pudieras poseer o perder. Lo cierto es que no tienes una vida; eres una vida. La Vida Una, la conciencia que interpenetra todo el universo y toma forma temporalmente para experimentarse como piedra o como hoja de hierba, como un animal, una persona, una estrella o una galaxia.
¿Puedes sentir en lo profundo de ti que ya sabes eso? ¿Puedes sentir que ya eres Eso?

Necesitas tiempo para la mayoría de las cosas de la vida: para adquirir nuevas aptitudes, para construir una casa, para especializarte en una disciplina, para prepararte una taza de té.... Sin embargo, el tiempo es inútil para la cosa más esencial de la vida, para la única cosa que importa: la autorrealización, que significa saber quién eres más allá del yo superficial; más allá de tu nombre, de tu forma física, de tu historia personal, de tus historias.
No puedes encontrarte a ti mismo en el pasado o en el futuro. El único lugar donde puedes encontrarte es en el Ahora.
Los buscadores espirituales buscan la autorrealización o la iluminación en el futuro. Ser un buscador implica necesitar un futuro. Si lo crees así, entonces esto se vuelve verdad para ti: necesitarás tiempo hasta que llegues a darte cuenta de que no necesitas tiempo para ser quien eres.

Cuando miras un árbol, eres consciente del árbol. Cuando tienes un pensamiento o sentimiento, eres consciente de ese pensamiento o sentimiento. Cuando tienes una experiencia placentera o dolorosa eres consciente de esa experiencia.
Estas declaraciones parecen ciertas y evidentes; sin embargo, si las examinas de cerca descubrirás que, sutilmente, su propia estructura contiene una ilusión fundamental, una ilusión inevitable cuando se usa el lenguaje. Pensamiento y lenguaje crean una aparente dualidad y una persona separada donde no la hay. Lo cierto es: tú no eres alguien que es consciente del árbol, del pensamiento, del sentimiento o de la experiencia. Tú eres la conciencia en la que -y por la que- esas cosas aparecen.
Mientras vives tu vida, ¿puedes ser consciente de ti mismo como la conciencia en la que se despliega todo el contenido de tu vida?

Dices: «Yo quiero conocerme a mí mismo.» Tú eres el «yo». Tú eres el Conocimiento. Tú eres la conciencia por la que todo es conocido. Y eso no puede conocerse a sí mismo; eso es si mismo.
No hay nada que saber más allá de esto, y sin embargo todo conocimiento surge de ello. El «yo» no puede convertirse en un objeto de conocimiento, de conciencia.
De modo que no puedes convertirte en un objeto para ti mismo. Por eso mismo ha surgido la ilusión de la identidad egótica, porque mentalmente has hecho de ti mismo un objeto. «Eso soy yo», dices. Y empiezas a tener una relación contigo mismo, y te cuentas tu historia a ti mismo y a los demás.

Conociéndote como la conciencia en la que ocurre la existencia fenoménica, te liberas de la dependencia de los fenómenos, te liberas de la búsqueda del yo en situaciones, lugares y estados. En otras palabras: lo que ocurre o deja de ocurrir ya no es tan importante. Las situaciones pierden su gravedad, su seriedad. Un ánimo juguetón entra en tu vida. Reconoces que este mundo es una danza cósmica, la danza de la forma, ni más ni menos.

Cuando sabes verdaderamente quién eres, vives en una vibrante y permanente sensación de paz. Puedes llamarla alegría, porque la alegría es eso: una paz vibrante de vida. Es la alegría de conocerte a ti mismo como la esencia de vida antes de tomar forma. Eso es la alegría de Ser, de ser quien realmente eres.

Así como el agua puede ser sólida, líquida o gaseosa, la conciencia puede estar «congelada» y tomar la forma de la materia física; puede ser «líquida», tomando la forma de la mente y del pensamiento, o puede ser informe, como la conciencia pura.
La conciencia pura es la Vida antes de manifestarse, y esa Vida mira al mundo de la forma a través de «tus» ojos, porque esa conciencia es quien tú eres. Cuando te conoces como Eso, te reconoces en todas las cosas. Es un estado de completa claridad de percepción. Ya no eres más una entidad con un gravoso pasado, convertida en una pantalla de conceptos que interpreta cada experiencia.
Cuando percibes sin interpretación, puedes sentir qué es lo que se percibe. Lo máximo que podemos expresar con el lenguaje es que existe un campo de quietud consciente en el que ocurre la percepción.
A través de «ti», la conciencia informe se hace consciente de sí misma.

Las vidas de la mayoría de la gente están dirigidas por el deseo y el miedo.
El deseo es la necesidad de añadirte algo para poder ser tú mismo más plenamente. Todo miedo es el miedo de perder algo y, por tanto, de sentirte reducido y de ser menos de lo que eres.
Estos dos movimientos oscurecen el hecho de que el Ser no puede ser dado ni quitado. El Ser ya está en ti en toda su plenitud, Ahora

miércoles, 4 de febrero de 2009


Pedro

Cuando alguien nos regala algo por que nos quiere, no se nos ocurre pagárselo; sería romper la magia y la belleza de este acto. De igual manera, si Dios nos ha regalado la felicidad ¿Por que insistimos en tener que pagar un precio para conseguirla? (Me imagino a Dios perplejo con el paquete en la mano, compadeciéndose de nuestra estupidez.)


martes, 3 de febrero de 2009

Intensa intensidad

Sergi
http://km.33.wordpress.com

Mucha gente me expresa recientemente que sienten mucha tristeza, miedo o dolor. Algunas de ellas me dicen que están sintiéndose muy felices y de repente se sienten muy tristes o rabiosas.
Si este es también tu caso, no pares de sentir esa emoción. No pongas freno a esa emoción. La estás sintiendo porque está emergiendo por fin a tu consciencia. Viene de un lugar de tu mente donde no habías permitido que la luz, que tú eres, llegase. Una vez que esta llega, te muestra todo lo que allí hay escondido.
Observa la intensidad de esa emoción y no la calidad o nombre que tú le das. Esa intensidad es luz. Cuando tratas de evitar esa emoción no es a la tristeza o al miedo a los que tratas de evadir, es a la intensidad con la que se te muestran. Tratas de evitar la sanación que la Luz ejerce en ti porque tu ego te presenta la situación de tal forma para que prestes atención a la calidad o nombre que tú le has puesto a la intensidad, para que te distraigas y no te des cuenta de la intención de sanarte de la Luz y así puedas decidir evitarla.
Aquellos que experimentan dolores muy intensos o emociones muy fuertes, están experimentando frecuencias muy elevadas. Muchos creen que la calidad es lo que determina la frecuencia, pero no es así. Es la intensidad. Así que el odio más intenso que puedas imaginar y el amor igualmente intenso están en la misma frecuencia. Lo único que los hace diferentes es tu calificación. Nada más.
Hasta que no hayas recuperado tu capacidad de poder nombrar de forma consciente a la intensidad que representa tu Luz en este mundo, te sugiero que te dediques a no evitar nada para que tu mente vea que no puede ser afectada de ninguna manera por esa emoción y que todas ellas son la misma y que tú eres quien le otorga esa calidad a la que tanto temes o que tanto te hace sufrir.

Un pensamiento nuevo

Paz

Hoy he tenido un pensamiento nuevo. He llegado hasta él atravesándo nubes oscuras, cruzándo tormentas y haciéndome una con ellas, dejándome arrastrar por los furiosos torbellinos de la locura. Sentada en la cima del caos, la noche ha desplegado sus alas de silencio y entonces lo he visto parpadeándo en la pantalla de mi mente: ¡¡¡estoy feliz de estar conmigo!!!

Estoy feliz de estar conmigo es un milagro rotundo, una bendita revolución, una gracia redentora...

Estoy feliz de estar conmigo es la canción de mi alma mostrándome que soy libre de amarte completamente, tal como siempre lo he sido. Gracias, gracias, gracias.

martes, 2 de diciembre de 2008

Cuentan las mariposas, que el último instante dentro de la crisálida, justo antes de sentir la necesidad de salir de ella, es el instante en el que toda la transformación ocurre, pues es el instante en el que su consciencia es transformada de la de un gusano a la de una mariposa. Es el instante en el que se despierta del sueño de la transformación física y se da cuenta de que su cuerpo de gusano ha sido milagrosamente transformado al de mariposa. Aquello que fue, ya no existe y lo que ahora es, llama a cada célula de su nuevo cuerpo alado a alzar el vuelo hacia la vida.

La transformación tan sólo dura un instante: El instante en el que te das cuenta de Quien eres y eso no implica tiempo porque no implica un cambio en la forma, sino el instante presente en el que vuelas más allá de cualquier forma.


Desde el momento de nuestro pensamiento, nos avisa de que todo lo que realmente
nos importa esta en nuestro interior. En el instante que una idea toma forma y cuerpo con la seguridad de que es real se materializa. En el momento en el que, tu realidad es inamovible y sabes que es lo verdadero para tu persona. En ese preciso momento, lo real es un puente de ida sin retorno. Sabes donde te mueves, sabes que un paso adelante, son dos hacia atrás y lo aceptas con toda la alegría que eres capaz de proyectar, sin premios falsos , no esperas nada, simplemente te sientes satisfecho contigo mismo y entiendes del proceso de la vida , eres un pensamiento , eres una realidad conectada a tu ser interno. No pides nada, simplemente disfrutas de tu entorno, Amas todo lo que hay. No te identificas con nada, porque de la nada venimos y a ella regresamos , siendo semillas de un Amor Universal, regresando a un todo, con la satisfacción de una vida vivida intensamente. Compartiendo y manifestando que el Amor a Dios es y sera lo único que tenemos cuando llegamos, y lo único que nos llevamos cuando regresamos.Esa sensación de plenitud, en ese vacío se manifiesta todo el Amor que somos capaces de manifestar.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Maestro de Maestros

No eres lo que piensas que eres, sino únicamente lo que piensas. Los separados permiten que lo que piensan establezca lo que piensan que son. El pensar que conduce a conclusiones no es realmente pensar en absoluto.

Cuando tienes rabia, eres toda la rabia que hay. De la misma forma en que no puedes tener nada, tampoco puedes tener una emoción. Eres lo que sientes, no lo que piensas que sientes. No eres un establecimiento. Cuando estás feliz eres toda la felicidad que jamás podrá haber. El ser verdadero no es algo condicional porque la verdad no tiene condiciones. No se puede construir sobre así las llamadas distintas condiciones de tu mente. Nunca tienes rabia, sino que únicamente eres la rabia. Nunca tienes miedo, sino que eres el miedo.

Cuando piensas que puedes morir, realmente no representas la causa de la muerte, eres la muerte misma. Tu amor es lo que es el universo, y todo lo que es.